*Para el almíbar:
- 750 ml. agua
- 750 gr. azúcar blanco
- 1 vaina de vainilla
- Cáscara de limón
- 1 rama de canela
- 1 rama de canela
*Necesitaremos, además:
- Mini cápsulas
- Menta fresca
- Menta fresca
Preparación
(paciencia 😊):
1) En primer lugar, pelaremos las castañas. Le haremos
un corte circular que las rodee, pero sin llegar a unir los dos extremos. En
una cazuela honda, pondremos a calentar agua; cuando comience a hervir, incorporaremos
las castañas y las coceremos alrededor de 10-15 minutos.
2) Cuando veamos que la piel de las castañas haya
cambiado a un color más oscuro, apagaremos el fuego y las pasaremos
inmediatamente a una sartén al fuego. Taparemos y dejaremos a temperatura alta
(vitrocerámica al 7-8) un par de minutos hasta que veamos que comiencen a
abrirse.
3) Apagaremos el fuego, y aún calientes, las
pelaremos rápidamente antes de que se enfríen. Como veréis, la cáscara saldrá
fácilmente. Reservamos.
4) En otro cazo, dispondremos las castañas que hemos pelado. Las cubriremos
con agua fría y las pondremos a calentar. Dejaremos cocer las castañas a fuego
medio (vitrocerámica al 5-6) en torno a una media hora, vigilando que no se nos
rompan.
5) Cuando queden pocos minutos para terminar su cocción, haremos un almíbar. En un cazo, dispondremos el azúcar y la misma cantidad
de agua. Incorporaremos la
vaina de vainilla (previamente cortada por la mitad) y sus semillas junto con
la cáscara de limón y la rama de canela, y llevaremos a ebullición
sin remover hasta que comience a burbujear.
6) En ese momento, apagaremos el fuego, añadiremos las
castañas cocidas y las dejaremos confitar con el calor residual de la
vitrocerámica unos 5 minutos. Retiraremos del fuego, cubriremos el cazo y
dejaremos enfriar las castañas en el interior del almíbar a temperatura
ambiente. Introduciremos el cazo en la nevera y las dejaremos reposar durante
toda la noche.
7) Al día siguiente, repetiremos la operación; volveremos a poner
el cazo con las castañas al fuego, y cuando el almíbar comience a hervir,
retiraremos del fuego, cubriremos el cazo y dejaremos enfriar a temperatura
ambiente. Introduciremos el cazo en la nevera y las volveremos a dejar reposar
durante toda la noche.
8) Repetiremos el proceso las veces que sean necesarias,
hasta que el almíbar haya reducido. Todo dependerá del tamaño de las castañas;
por lo general, las castañas se habrán confitado haciendo este procedimiento
unas 4-5 veces más.
9) Colaremos el almíbar sobre otro cazo, lo pondremos al fuego,
y lo dejaremos hirviendo hasta obtener una especie de glasa. Depositaremos cuidadosamente
las castañas en una rejilla (previamente colocada sobre una bandeja o fuente
honda) e incorporaremos la glasa por encima de cada una de ellas, con la ayuda
de una cuchara. Recuperaremos el exceso de glasa que vaya escurriendo y la
volveremos a echar por encima de las castañas un par de veces más. Las
dejaremos enfriar completamente antes de degustar.
Servimos las castañas glaseadas en mini cápsulas
y decoramos con unas hojas de menta fresca.
Wasabiconsejo:
Si durante la cocción se os rompen algunas
castañas, las podéis reutilizar para hacer una crema de castañas.
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