Ingredientes (aro desmontable 18 cm.):
- 350 gr. leche entera
2) En un bol, echaremos la Maizena y el resto del azúcar
blanco (60 gramos), y con la ayuda de unas varillas mezclaremos ligeramente; añadiremos
las yemas de huevo y batiremos, hasta obtener una crema amarilla brillante.
3) Colaremos la leche infusionada al bol anterior, poco a
poco, mezclaremos rápidamente con las varillas, devolveremos esta mezcla al
cazo, pondremos nuevamente al fuego (vitrocerámica al 7) y con las varillas,
batiremos de forma constante un par de minutos. Agregaremos el chocolate blanco
hasta que la Maizena se cocine y la crema haya espesado.
4) Retiraremos del fuego, agregaremos las hojas de
gelatina (previamente escurridas) y mezclaremos con las varillas hasta que se
hayan fundido. Retiraremos del fuego, colaremos la mezcla en otro bol,
añadiremos la gelatina hidratada (previamente escurrida) y con las varillas la
integramos bien; cubriremos con papel film (procurando que quede en contacto
con la crema para que no se forme costra o película), dejaremos atemperar e introduciremos
en la nevera durante toda la noche.
5) Por otro lado, en un cazo, pondremos a calentar 350
gramos de arándanos (previamente lavados y congelados), junto con 80 gramos de
azúcar blanco y el zumo de limón; cuando empiece a hervir, retiraremos del
fuego, cubriremos con la tapa y dejaremos infusionar durante toda la noche.
6) Al día siguiente, haremos el
bizcocho. En un bol grande, dispondremos los
huevos y una pizca de sal; con la batidora eléctrica, mezclaremos durante unos
minutos a velocidad alta. Agregaremos entonces el queso mascarpone, la leche
entera y el aceite de oliva suave, que iremos incorporando en forma de hilo a
medida que vayamos batiendo.
7) A continuación, echaremos la ralladura de limón, la harina
de repostería y la levadura (tamizándolas con la ayuda de un colador) y volveremos
a batir hasta homogeneizar.
8) Precalentamos el horno a 180º. Engrasaremos un molde
de 18 centímetros con un poco de mantequilla, verteremos la masa del bizcocho,
le daremos unos golpecitos al molde para que se asiente e introduciremos en el
horno; mantendremos en su interior en torno a unos 25-30 minutos.
9) Mientras tanto, prepararemos la capa de gelatina
de arándanos En un recipiente con agua fría, pondremos
a hidratar los 4 gramos de gelatina neutra. Reservamos momentáneamente. Colaremos
100 gramos del jugo de arándanos que habíamos reservado (guardaremos el restante
para el almíbar) en un cazo, junto con los arándanos cocinados, los 60 gramos
de azúcar blanco restante y los 150 gramos de arándanos frescos (previamente
lavados); llevaremos a ebullición y cuando lleve un par de minutos hirviendo,
retiraremos del fuego, añadiremos la gelatina neutra (previamente escurrida) y
con una cuchara de madera, removeremos hasta que quede diluida.
10) Forraremos un aro metálico de 18 centímetros de diámetro
con papel film, lo dispondremos en una bandeja e incorporaremos la gelatina de
arándanos; cubriremos con papel film, dejaremos atemperar e introduciremos en
el congelador durante un par de horas hasta que adquiera cuerpo.
11) Cumplido
el tiempo de cocción, del bizcocho, lo retiraremos del fuego y lo dejaremos enfriar
a temperatura ambiente antes de desmoldar.
12) Aprovecharemos ese espacio de tiempo para terminar la
crema “diplomática” de vainilla. En un bol, batiremos 225 mililitros de nata o
crema de leche hasta que alcancen picos suaves. Sacaremos la crema pastelera de
la nevera, la removeremos con unas varillas para aligerarla e incorporaremos la
nata montada, en varias tandas; con la ayuda de una espátula, integraremos, realizando
movimientos suaves y envolventes, hasta aunar ingredientes.
13) Por otro
lado, haremos el almíbar de arándanos. En otro
recipiente con agua fría, hidrataremos los 2 gramos de gelatina neutra. En un
cazo, pondremos a calentar el jugo de arándanos restante, el agua y los 80
gramos de azúcar blanco; cuando comience a hervir, retiraremos del fuego,
echaremos la gelatina neutra (previamente escurrida), removeremos con una
cuchara de madera y reservamos momentáneamente.
14) Acto seguido, procederemos al montaje de la tarta
Charlotte. Cortaremos
el bizcocho en dos rodajas iguales (de un grosor de 1,5 centímetros aproximadamente),
y en la base del plato en la que vayamos a presentar la
tarta, depositaremos un aro metálico de 18 centímetros y lo forraremos con una
tira de papel de acetato que rodee completamente el mismo. Repartiremos un poco
de la crema “diplomática” por todo el contorno del papel de acetato con la
ayuda de una espátula, e introduciremos una lámina de bizcocho; la humedeceremos
con el almíbar de arándanos con una brocha de cocina, ubicaremos encima la capa
de gelatina de arándanos (recién sacada del congelador) e incorporaremos la
mitad de la crema “diplomática”.
15) Sobre esta capa de crema, colocaremos la otra lámina
de bizcocho circular (previamente humedecida con el almíbar de arándanos por
ambas caras), presionaremos ligeramente hasta compactar, verteremos el resto de
la crema “diplomática”, la repartiremos con la ayuda de una espátula e introduciremos
en la nevera; dejaremos que la tarta repose y cuaje durante un par de horas.
16) Llegados a ese punto, retiraremos el aro metálico y el papel de acetato; dispondremos
alrededor de la tarta las galletas Savoiardi (recortándoles un centímetro la
parte inferior para que quede prácticamente a nivel con la capa de crema) y decoraremos
el interior con fresas, frambuesas y arándanos.
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