2) A continuación, incorporaremos la carne picada, junto con la
guindilla, sazonaremos nuevamente y dejaremos que la carne se haga por ese lado (sin
removerla) a fuego alto durante unos minutos.
3) Llegados a ese punto, le daremos la vuelta con la ayuda de
un tenedor de madera, la integraremos con las berenjenas y las verduras pochadas y cocinaremos un par
de minutos más. Echaremos
entonces el vino tinto y pondremos a juego alto para que hierva unos instantes y
evapore ligeramente el alcohol; incorporaremos el tomate rallado, el
tomate concentrado, la miel de romero y las hojas de albahaca picadas, removeremos
con el tenedor para aunar ingredientes, y cuando vuelva a hervir, bajaremos el
fuego a la mitad (vitrocerámica al 5-6) y dejaremos reducir, hasta que se haya
evaporado el agua del tomate y nos quede una salsa espesa. En unos 15 minutos estará lista.
4) A la par, en una olla,
pondremos a calentar agua con par de hojas de laurel; cuando empiece a hervir,
echaremos la pasta “Rigatoni” y un puñado de sal. Echaremos un chorrito de
AOVE, removeremos con la ayuda de un tenedor de madera y coceremos siguiendo
las instrucciones de cocción indicadas por el fabricante. Por lo general, en
unos 15 minutos los tendremos listos, pero al tratarse de una pasta más gruesa,
es recomendable dejarlos en unos 10 minutos más hasta que queden al dente.
5) En el momento que tengamos la pasta en su punto, escurriremos
el agua, retiraremos las hojas de laurel y la pasaremos a la cazuela con el
sofrito y la carne; añadiremos 150 gramos de queso Ricotta, y con una cuchara de
madera, mezclaremos y cocinaremos un par de minutos más, de tal forma que la
pasta quede bien impregnada.
Servimos los “Rigatoni”, decoramos con unos montículos de
queso Ricotta y espolvoreamos en última instancia un poco de perejil picado.
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