2) En el momento en el que veamos que el azúcar empieza a adquirir un tono
marrón claro o color caoba, retiramos del fuego y verteremos rápidamente sobre
las flaneras.
3) Repartiremos bien el caramelo, no solo por la superficie, sino también
haciéndolo bajar ligeramente por los laterales de las flaneras. Dejaremos
enfriar a temperatura ambiente y reservamos.
4) En un cazo, pondremos a calentar la leche entera, la nata o crema de
leche y la cáscara de naranja. Cuando comience a hervir, retiraremos del fuego, colaremos en un vaso batidor, echaremos el cacao en polvo y con la túrmix,
le daremos un par de pasadas para que se integre bien. Reservamos
momentáneamente.
5) En un bol, batiremos los huevos, la leche condensada y
una pizca de sal con la ayuda de unas varillas; verteremos la mezcla de cacao y
leche, poco a poco, y con las varillas, removeremos ávidamente hasta
homogeneizar.
6) Precalentamos el horno a 165º.
Rellenaremos las flaneras, las introduciremos en el horno y cocinaremos los
flanes al baño María (partiendo de agua que habremos hervido previamente)
durante unos 45 minutos.
7) Terminada la cocción, sacaremos los
flanes y los dejaremos atemperar; los meteremos en la nevera y los conservaremos
al frío durante toda la noche.
8) Al día siguiente, haremos la crema Chantilly de té Matcha. En un vaso batidor, agregaremos la nata o crema de leche (que previamente habremos refrigerado en el congelador durante 15 minutos) y el té Matcha, y con la túrmix, le daremos unas pasadas hasta que quede bien mezclado. Dispondremos el resultado en un bol, y batiremos hasta que empiecen a formarse picos suaves y firmes, sin pasarnos a la hora de batir, ya que se nos podría cortar.
Desmoldamos los flanes, acompañamos
con unos montículos de crema Chantilly té Matcha, unas fresas troceadas en láminas, unas tiras
de kumquat y espolvorearemos en última instancia un poco de cacao en polvo.
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