Receta de croissants alpujarreños con masa de hojaldre casera

Ingredientes (14-15 uds.):

*Para la masa de hojaldre:

- 250 ml. agua
- 30 gr. levadura fresca de panadería
- 250 gr. harina de fuerza
- 250 gr. harina de trigo sin blanquear
- 45 gr. azúcar blanco
- 1 cucharadita y media de sal (10 gr.)
- 100 gr. mantequilla sin sal

*Para el "Tourage" o laminación:

- 250 gr. mantequilla sin sal

*Para el glaseado de chocolate:

- 110 gr. chocolate de cobertura
- 15 gr. cacao en polvo sin azúcar
- 50 ml. agua

*Necesitaremos, además:

- 1 huevo batido

*Para la decoración final:

- Azúcar glas
- Cacao en polvo

Preparación (paciencia 😊):

1) Tres días antes de realizar la receta, dejaremos preparada la masa de hojaldre casera. En un vaso, calentaremos ligeramente el agua en el microondas hasta que esté tibia, y desharemos en ella la levadura (previamente desmenuzada); dejaremos atemperar un par de minutos.

2) En un recipiente hondo y amplio, tamizaremos las harinas, e incorporaremos el azúcar blanco y la sal; con unas varillas metálicas, removeremos bien. Añadiremos la mantequilla en textura de pomada (previamente troceada en dados) y amasaremos con las yemas de los dedos de una mano, hasta conseguir una especie de masa terrosa; incorporaremos la levadura diluida en agua y amasaremos nuevamente con una mano, apretando con las yemas de los dedos, hasta aunar ingredientes. Como veréis, la masa aún será difícil de trabajar y se os quedará pegada en las manos, pero no os preocupéis, no será necesario agregar más harina.

3) Pasaremos la masa a la encimera, la aplastaremos y estiraremos con las palmas de las manos sin descanso en torno a 10 minutos, hasta que la masa adquiera una textura blanda y suave. Formaremos una bola, la introduciremos en un bol (previamente engrasado con unas gotas de AOVE), cubriremos con papel film y dejaremos reposar a temperatura ambiente hasta que haya triplicado su volumen. En un par de horas la tendremos lista.

4) Mientras tanto, en una hoja de papel sulfurizado dibujaremos un cuadrado de 15x15 centímetros, le daremos la vuelta y depositaremos en el centro del mismo los 250 gramos de mantequilla restantes en textura de pomada; doblaremos las uniones de papel hasta que lleguen a los márgenes dibujados, le daremos nuevamente la vuelta al papel (dejaremos las uniones hacia abajo), y con la ayuda de un rodillo, presionaremos y extenderemos la mantequilla en todas las direcciones, hasta que ésta llegue a todas las esquinas del cuadrado y se rellene (con un grosor de un par centímetros aproximadamente). La introduciremos en la nevera y la conservaremos al frío unos 30 minutos antes de continuar con la receta.

5) Cumplido el tiempo de fermentado, pasaremos la masa a la encimera (sin necesidad de harina extra), la desgasificaremos, le daremos un breve amasado, la aplastaremos y la aplanaremos, hasta darle forma de óvalo-rectángulo; la depositaremos en una bandeja de horno (previamente congelada y forrada con papel sulfurizado), cubriremos con papel film y la meteremos en el congelador durante unos 20 minutos para que relaje. Pasado ese espacio de tiempo, la sacaremos, le daremos la vuelta, cubriremos nuevamente con papel film y la volveremos a dejar en el congelador otros 20 minutos más. Con este paso, conseguiremos un mejor resultado durante el “Tourage”.

6) A continuación, pasaremos pues al proceso de laminación o “Tourage”; en total, daremos dos turnos de laminación (uno doble y uno simple). Por un lado, sacaremos el cuadrado de mantequilla de la nevera y lo dejaremos a temperatura ambiente unos 10 minutos antes de plegarla en la masa (la mantequilla deberá de estar fría, pero a su vez firme y maleable). Sacaremos la masa del congelador, la dispondremos en la encimera (previamente enharinada), esparciremos un poco de harina sobre su superficie y con la ayuda de un rodillo, la extenderemos, hasta formar un rectángulo con un diámetro de 16x32 centímetros (el doble que la lámina de mantequilla) y dejándole un grosor de un centímetro aproximadamente.

7) Retiraremos el papel sulfurizado de la lámina de mantequilla, la depositaremos en un extremo de la masa y doblaremos el otro extremo encima de la mantequilla, cerrándola como si fuera un libro; espolvorearemos un poco de harina por la superficie de la masa, y con la ayuda de un rodillo, haremos unas pequeñas hendiduras. Acto seguido, la extenderemos, de arriba hacia abajo, comenzando a rodar el rodillo desde el centro de la masa, y no desde un lado hasta el otro, ya que así, conseguiremos mantener la masa con un grosor uniforme.

8) Trabajaremos y manejaremos rápidamente la masa para evitar que la mantequilla se derrita, y manteniendo todos los bordes lo más rectos posibles, hasta formar un rectángulo de 16x72 centímetros. Para este proceso, es importante que tanto la masa como la mantequilla tengan la misma consistencia, puesto que, si no se respeta alguno de estos pasos, la masa se nos podría echar a perder.

9) Tomaremos el extremo de la izquierda y lo plegaremos hasta cubrir tres cuartas partes de la masa; del mismo modo, cogeremos el extremo de la derecha y lo depositaremos encima de la cuarta parte que nos quedaba por cubrir, de forma que los bordes salientes queden pegados entre sí. Aplastaremos sutilmente con la ayuda de un rodillo, volveremos a coger el extremo de la derecha, lo superpondremos y cubriremos nuevamente la masa como si de un libro se tratase. Retiraremos el exceso de harina, dispondremos la masa en una bandeja (previamente forrada con papel sulfurizado), cubriremos con papel film y la meteremos en el congelador durante una hora, para que relaje (turno doble).

10) Pasada la hora de relajación, sacaremos la masa del congelador, la depositaremos en la encimera (previamente enharinada), de modo que los pliegues o costuras queden mirando hacia nosotros y con el rodillo, la extenderemos nuevamente hasta hacer otro rectángulo de 16x75 centímetros. El siguiente paso será doblar la masa a lo largo en tres partes iguales de 25 centímetros; para ello, tomaremos el extremo de la izquierda, lo plegaremos hasta llegar a la mitad y cubrir los primeros 25 centímetros. Cogeremos el extremo opuesto de la derecha, lo superpondremos encima de los dos anteriores y aplastaremos con el rodillo dirigiéndolo en ambas direcciones.

11) La pasaremos a una bandeja (previamente forrada con papel sulfurizado), la cubriremos con papel film, la meteremos en la nevera y dejaremos que relaje en su interior durante toda la noche (turno simple).

12) Al día siguiente, le daremos forma a los croissants. Sacaremos la masa de la nevera, retiraremos el papel film, la depositaremos sobre la encimera (ligeramente enharinada), añadiremos otro poco de harina por la superficie de la masa, y con el rodillo la extenderemos en ambas direcciones, hasta formar otro rectángulo de 23x75 centímetros y dejando un grosor de unos 4 milímetros. Con un cuchillo, retiraremos los bordes para igualar el rectángulo, y cortaremos triángulos alargados (de unos 10 centímetros de base por 23 centímetros de altura y unos 80 gramos de peso).

13) En la base de cada triángulo, haremos un pequeño corte justo en el centro (nos saldrán dos puntas); las abriremos un poco hacia afuera, las aplastaremos sobre la masa y enrollaremos en dirección hacia el vértice del triángulo. Repetiremos la operación con el resto de los triángulos y los apilaremos en una bandeja (previamente forrada con papel sulfurizado) con la unión o costura mirando hacia abajo; pintaremos generosamente con huevo batido, cubriremos con papel film y los meteremos en el congelador durante toda la noche (de esta forma, fortalecerá el gluten).

14) A la mañana siguiente, los sacaremos del congelador y los dispondremos en dos bandejas de horno (previamente forradas con papel sulfurizado) en tandas de 7-8 croissants, dejando el suficiente espacio entre ellos para que no se peguen durante el proceso de levado. Cubriremos con papel film, los meteremos en la nevera y dejaremos que se descongelen.

15) Al día siguiente, sacaremos las bandejas de la nevera y pintaremos nuevamente los croissants con huevo batido; cubriremos con papel film, introduciremos en el horno (apagado) y los dejaremos fermentar a temperatura ambiente durante de 2 a 6 horas o hasta que observemos que hayan duplicado su volumen.

16) Llegados a ese punto, sacaremos las bandejas del horno, retiraremos el papel film y volveremos a pintar los croissants con huevo batido. Precalentamos el horno a 200º. Cuando haya alcanzado la temperatura adecuada, introduciremos una bandeja y le daremos un primer horneado de 10 minutos.

17) Aprovecharemos ese espacio de tiempo para hacer el glaseado de chocolate. En un bol de cristal sobre un cazo con agua, fundiremos el chocolate de cobertura (previamente troceado) al baño María, removiendo con frecuencia con una espátula. Llegados a ese punto, incorporaremos el agua junto con el cacao en polvo, y con unas varillas, mezclaremos, hasta conseguir una textura brillante. Reservamos momentáneamente.

18) Cumplidos estos 10 primeros minutos de horneado, bajaremos la temperatura del horno a 190º y mantendremos los croissants en su interior aproximadamente otros 10 minutos más, o hasta comprobar que comienzan a ponerse dorados.

19) En ese instante, los sacaremos del horno y con cuidado de no quemarnos, pasaremos los croissants a una rejilla y los dejaremos atemperar unos minutos antes de degustar.

20) Cuando los croissants hayan perdido temperatura, echaremos el glaseado por encima y los meteremos en la nevera unos minutos para que el chocolate se enfríe y se adhiera a los croissants.


Buen provecho y hasta la próxima =)


Wasabiconsejos:

La temperatura ideal para el amasado y fermentación de la masa de los croissants, nunca deberá sobrepasar los 25º.

En lugar de emplear levadura fresca de panadería (30 gramos), podéis sustituirla por dos sobres de levadura seca (11 gramos).

Durante las fases de laminación y a la hora de darle forma a los croissants, es importante retirar el exceso de harina de a masa, ya que podría no quedarse bien adherida para formar las capas.

Cuanto más finos sean los triángulos para hacer los croissants (4-5 milímetros), mejor será el resultado del hojaldrado o "feuilletage".

Estos croissants llevan su tiempo, pero os aseguro que merecen la pena hacerlos.


Si queréis la receta de estos deliciosos croissants, aquí os adjunto el enlace de descarga:

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