Ingredientes (4+1 comensales):
- Aceite de oliva virgen extra (AOVE)
2) Al día siguiente, en
una cazuela grande pondremos a calentar el fumet de pescado junto con el blanco
del puerro, media cabeza de ajos, las hojas de laurel y los clavos de olor;
cuando comience a hervir, escurrimos el recipiente en el que teníamos los garbanzos,
los lavaremos bien, los agregaremos y los dejaremos a fuego medio
(vitrocerámica al 5) en torno a unas dos horas, hasta que queden tiernos.
3) Mientras tanto, haremos
las albóndigas de bacalao. Lo desmigaremos, prestando atención en retirar todas
las espinas que encontremos, lo picaremos finamente y lo dispondremos en un
bol; picaremos finamente los dientes de ajo, los añadiremos al bol junto con el
huevo, el AOVE, el perejil picado y un poco de pimienta negra molida y con la
ayuda de un tenedor, mezclaremos bien. Acto seguido, incorporaremos el pan
rallado y terminaremos de integrar hasta ajustar la textura de las albóndigas y
obtengamos una masa homogénea, que al hacer una bola no se nos quede pegada en
las manos. Cubriremos con papel film y conservaremos al frío durante unos 30
minutos para que la masa adquiera consistencia.
4) Por otro lado, en una sartén con un chorrito de AOVE,
pocharemos la cebolla (previamente troceada) un par de minutos; antes de que
adquiera demasiado color, incorporaremos el pimentón dulce, lo rehogaremos unos
instantes y echaremos los tomates de perilla (que previamente habremos pasado
por la túrmix). Salpimentaremos y mantendremos al fuego unos 5-8 hasta que el
tomate quede frito. Reservamos momentáneamente.
5) A continuación, en otra
sartén con un buen chorro de AOVE, freiremos las rebanadas de pan de hogaza
unos instantes de cada lado junto con los dientes de ajo (previamente golpeados
con la hoja del cuchillo); cuando estén doradas, las retiraremos en un plato
con papel absorbente, y echaremos las almendras. Las iremos removiendo y
conforme se vayan dorando, las apartaremos en el plato.
6) Cuanto falten unos 25 minutos para finalizar la
cocción de los garbanzos, prepararemos el majado; en un vaso batidor,
dispondremos las rebanadas de pan fritas, los dientes de ajo fritos, unas
hebras de azafrán, el comino molido, las almendras fritas, el sofrito que
teníamos reservado, el blanco del puerro que teníamos cociendo en la cazuela y
un par de cucharones de fumet. Con la túrmix, trituraremos bien, lo
devolveremos a la cazuela e integraremos con la ayuda de un cucharón.
7) Del mismo modo, pelaremos
las patatas, las trocearemos en cachelos y las añadiremos a la cazuela junto
con las espinacas (previamente lavadas y troceadas); rectificaremos de sal y pimienta negra si fuera necesario,
y mantendremos al fuego esos 25-30 minutos, hasta que las verduras queden tiernas
y los garbanzos se terminen de hacer.
8) Aprovecharemos ese tiempo para freír las albóndigas.
Sacaremos el recipiente de la nevera, cogeremos porciones de masa no muy
grandes, le daremos forma redondeada y las pasaremos por harina; las freiremos en una
sartén con abundante AOVE, hasta que queden doradas por el exterior (un minuto
aproximadamente), ya que queremos que se terminen de hacer en la cazuela. Las depositaremos
en un plato con papel absorbente para eliminar el exceso de aceite y reservamos
momentáneamente.
9) Unos 5 minutos antes de retirar el potaje del fuego, agregaremos las albóndigas
de bacalao; las introduciremos con la ayuda del cucharón, taparemos la cazuela
y las dejaremos ese espacio de tiempo hasta que terminen de cocinarse.
Servimos y espolvorearemos en última instancia un poco de perejil picado.
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