Ingredientes (molde circular rizado 23 cm.):
2) Acto seguido, añadiremos
el huevo (previamente batido) y las semillas de la vaina de vainilla; volveremos a amasar hasta homogeneizar y aunar ingredientes
(sin trabajar en exceso la masa).
3) Pasaremos la masa a la
encimera (previamente forrada con papel film), la extenderemos por toda la
superficie del mismo, la cubriremos y la conservaremos al frío en la nevera durante un par de
horas.
4) Mientras tanto, aprovecharemos
para preparar las cremas. Por un lado, haremos la crema pastelera. En un cazo, llevaremos a ebullición la leche entera, la
nata o crema de leche y la vaina de vainilla (previamente cortada por la mitad)
junto con sus semillas. Mientras hierve, en un bol, batiremos las yemas de
huevo y el azúcar blanco con unas varillas; incorporaremos la Maizena y con las
varillas, mezclaremos hasta homogeneizar.
5) Cuando hierva la leche, retiraremos del fuego y la
colaremos al bol de las yemas, dejándola caer poco a poco; integraremos bien y
devolveremos la mezcla de yemas y leche al cazo. Pondremos a fuego medio-alto y
con las varillas, batiremos continuamente durante un par de minutos, hasta que
la Maizena se cocine y la crema haya espesado.
6)
Llegados a ese punto, dispondremos la crema
sobre un recipiente, cubriremos con papel film (este deberá quedar en contacto
con la crema para que no se forme costra o película) y la mantendremos a
temperatura ambiente unos minutos. Introduciremos en la nevera y la dejaremos
reposar un par de horas.
7) A continuación, haremos la crema de yema. En un bol,
batiremos los huevos con el azúcar blanco con unas varillas; en un vaso, disolveremos
la Maizena con el agua hasta que no queden grumos, lo echaremos al bol de los
huevos y mezclaremos bien. Pasaremos el contenido del bol a un cazo, lo
pondremos a fuego medio-alto y cocinaremos durante unos minutos, removiendo de
forma continua con las varillas, hasta que la crema haya espesado.
8) Retiraremos del fuego, incorporaremos la mantequilla
troceada en dados junto con el zumo de limón, y con las varillas,
mezclaremos hasta aunar ingredientes. Pasaremos la crema de yema sobre
otro recipiente, cubriremos con papel film (este deberá quedar en contacto con
la crema para que no se forme costra o película) y la mantendremos a
temperatura ambiente unos minutos. Introduciremos en la nevera y la dejaremos
reposar al igual que la crema pastelera durante un par de horas.
9) Cumplido el tiempo de reposo de la masa quebrada, la
sacaremos de la nevera y la depositaremos en la
encimera con un poco de harina espolvoreada; con la ayuda de un rodillo la
extenderemos en todas las direcciones hasta que sobrepase el diámetro del molde
y alcance un grosor de 3-5 milímetros. La recogeremos con el rodillo y la dispondremos
en el molde circular rizado (previamente engrasado con un poquito de AOVE);
fijaremos bien la masa en el molde con las yemas de los dedos, pasaremos el
rodillo por encima para retirar el exceso de masa y pincharemos con un tenedor
toda su superficie. La cubriremos con papel film transparente, la
introduciremos en la nevera y la conservaremos al frío unos minutos.
10) Precalentamos el horno
a 180º. Sacaremos el molde de la nevera, retiraremos el papel film y cubriremos
su superficie con papel de aluminio; dispondremos encima habichuelas a modo de
peso y cuando el horno haya adquirido la temperatura adecuada, introduciremos
en su interior y le daremos un primer horneado de unos 25 minutos.
11) Llegados a ese punto, retiraremos
el papel de aluminio con las habichuelas, volveremos a meter en el horno y
dejaremos durante otros 20 minutos hasta que la masa se termine de cocinar.
12) Horneada la masa
quebrada, la sacaremos y la dejaremos enfriar a temperatura ambiente antes de
rellenar.
13) Cuando la masa quebrada haya perdido temperatura, sacaremos
las cremas de la nevera, les daremos una pasada con unas varillas y las
depositaremos en dos mangas pasteleras con boquilla lisa por separado. Rellenaremos
la base de la tarta con una primera capa de crema pastelera, y sobre ésta, repartiremos
la crema de yema.
14) Espolvorearemos generosamente azúcar blanco por toda la
superficie de la tarta, y con la ayuda de un
soplete de cocina, le daremos unos golpes de calor hasta que el azúcar caramelice.
Cortamos una porción, servimos, decoramos
con unas fresas troceadas y espolvorearemos en última instancia un poco de
canela molida.
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