- 5 gr. gelatina neutra (3 hojas pequeñas)
- Arándanos
2) A continuación, pelaremos
el mango, le retiraremos la semilla, lo trocearemos en dados y lo dispondremos en un vaso batidor; con la túrmix, trituraremos, hasta obtener
un puré homogéneo. Sin piel ni semilla,
nos quedarán unos 400 gramos de mango. Reservamos momentáneamente.
3) Por otro lado, calentaremos el zumo de naranja en un cazo;
sin que llegue a hervir, añadiremos la gelatina (previamente escurrida), y con
unas varillas, removeremos, hasta que se disuelva. Incorporaremos entonces el
zumo de naranja al puré de mango, y con una espátula de goma, lo integraremos suavemente.
4) Con sumo cuidado, repartiremos el resultado en cuatro
copas o vasos (previamente dispuestos de forma inclinada sobre unos moldes de
magdalenas), introduciremos en la nevera, y conservaremos al frío en torno a
unas 3 horas, hasta que cuaje el color.
5) Llegados a ese punto, haremos el color blanco de la panna
cotta. Pondremos a hidratar las 3 hojas de gelatina neutra en otro bol con agua
fría. En un cazo,
pondremos a calentar la nata o crema de leche, la leche entera,
el azúcar blanco y la esencia de vainilla. Con la ayuda de unas varillas,
iremos removiendo de forma constante, y antes de que comience a hervir, apartaremos
del fuego.
6) Echaremos las hojas de gelatina previamente escurridas, removeremos
nuevamente con las varillas hasta que se disuelvan y pasaremos el contenido a
una jarra, con el objeto de que se temple antes de rellenar las copas.
7) Sacaremos las copas de
la nevera, las pondremos en posición vertical, y las rellenaremos hasta el límite que
marca el color naranja. Introduciremos nuevamente en la nevera y dejaremos
reposar durante toda la noche, hasta que cuaje el conjunto.
Servimos, decoramos con un poco de pitahaya blanca troceada,
unos arándanos y unas galletas Lotus.
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