- 1 vaso de vino blanco
- 2 pimientos choriceros
- 2 cucharadas de azúcar blanco
- Aceite de oliva virgen extra (AOVE)
- Sal
- Pimienta negra
2) Cuando observemos que comienzan a adquirir color, añadiremos el pimentón dulce, lo cocinaremos
unos instantes y agregaremos el vino blanco; pondremos a fuego alto para que
evapore ligeramente el alcohol y echaremos los tomates rallados y el azúcar
blanco.
3) Cuando vuelva a hervir, bajaremos
el fuego a la mitad, y cocinaremos el conjunto a fuego lento (vitrocerámica al 4)
en torno a una hora, removiendo cada cierto tiempo con la cuchara de madera, hasta
que el agua del tomate se vaya evaporando y la salsa haya espesado.
4) Llegados a ese punto, pasaremos el sofrito a un vaso batidor (retirando
previamente las hojas de laurel) y con la túrmix, lo trituraremos bien. Ya
tendríamos listo el sofrito, aunque si lo queréis más fino, lo podéis pasar por
un colador para eliminar las semillas y pieles que no se han podido picar.
5) Rellenaremos entonces
los tarros de cristal (previamente lavados y esterilizados en agua hirviendo
durante unos 10 minutos), los cerraremos apretando bien la tapa, y en otra
cazuela, pondremos a calentar agua (la necesaria para que cubra los tarros
hasta la mitad). Cuando comience a hervir, introduciremos los tarros bocabajo,
y los dejaremos al baño María durante unos 30 minutos.
6) Apartaremos la cazuela del fuego, sacaremos los botes del agua con la ayuda
de un paño y los
dejaremos enfriar a temperatura ambiente. Los devolveremos a su posición original y los tendremos
listos para preparar una paella, un estofado o carne en salsa.
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