Ingredientes
(4 comensales):
*Para el adobo:
- 4 dientes de ajo
- 1 pimiento choricero
- 150 ml. vino blanco
- 3 cucharadas de vinagre de manzana
- 3 cucharadas de tomate concentrado
- 3 cucharadas de orégano
- 2 hojas de laurel
- Romero
- Tomillo
- 2 cucharadas de perejil picado
- Sal
- Pimienta negra
Preparación
(paciencia 😊):
1) El día anterior, dejaremos preparado el adobo de las
costillas. En un recipiente hondo, dispondremos los trozos de costilla y los
salpimentaremos bien.
2) A continuación, en un mortero, majaremos los dientes de ajo
(sin la cáscara) y una pizca de sal en la base; los pasaremos al recipiente de las costillas junto con el vinagre de
manzana, el vino blanco, el tomate concentrado, la pulpa del pimiento choricero
(que previamente habremos tenido en remojo en agua caliente), el orégano, unas hojas
de laurel machacadas, el romero, el tomillo y el perejil picado. Mezclaremos hasta
que todas las costillas queden bien empapadas y sumergidas en el adobo.
3) Cubriremos bien el recipiente con papel film e introduciremos
en la nevera. Dejaremos reposar durante toda la noche para el sabor del adobo quede
bien impregnado en las costillas.
4) Al día siguiente, en una
sartén pondremos a calentar un chorreón de AOVE. Sacaremos las costillas de la
nevera, las escurriremos un poco, y cuando el aceite esté bien caliente, las freiremos
hasta que queden bien doradas. Las pasaremos a un plato con papel absorbente
para eliminar el exceso de aceite.
Servimos las costillas en adobo y espolvoreamos
en última instancia un poco de perejil picado.
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